El verano es la época del año en que nuestra piel necesita de un cuidado más especial y constante. Seamos o no grandes aficionados al bronceado y al sol y playa, la radiación solar nos va a afectar especialmente y por eso es importante tomar precauciones. En los últimos años además hay que sumar que el verano llega cada vez más temprano y los días de calor aumentan, así como las temperaturas máximas.

Cuidar tu piel no solo es básico para tu salud y para prevenir el cáncer, también supone una gran mejora para tu bienestar. Evitar picores, eccemas, tirantez y dolor debe estar también en tu mente cuando pienses en lo importante que es.

Cuidados básicos para tu piel en verano:

Los siguientes consejos pueden probar ser de tremenda utilidad si los aplicas bien. Recuerda que cada persona es diferente y por eso mismo tus necesidades no son las mismas que las de cualquiera. Consulta al Dermatólogo para que te pueda indicar de cada paso cuál es la mejor forma de aplicarlo y que recomendaciones debes seguir.

  • Hidrátate: No solo por el sol, también por las altas temperaturas necesitamos gran cantidad de líquidos en verano. Hidrátate con frecuencia. No te limites a beber agua, consume también alimentos ricos en agua como frutas y verduras.
  • Usa protector solar, pero solo cuando sea necesario: Usar protector solar será tu gran defensa contra los efectos nocivos de la radiación solar. Pero úsalo con moderación. Siempre es mejor dejar que tu piel respire y no cubrirla de químicos de forma constante. Por eso, usa el protector solo cuando vayas a estar bajo el sol más de 20 minutos. (el tiempo y factor necesarios dependerán de cada persona y tipo de piel, consulta al Dermatólogo para saber la mejor opción para ti)
  • Deja descansar a tu piel de productos químicos: Intenta evitar siempre que puedas todos los productos como desodorantes, maquillaje, cremas y demás que no sean necesarios. Cuanto más pueda respirar tu piel, más sana estará. Puedes recurrir a hidratantes naturales como Aloe para mantener tu piel hidratada y evitar que se seque y se dañe.
  • Evita las horas de más sol: No expongas tu cuerpo al sol durante las horas de más radiación durante periodos prolongados, aunque uses protector solar tu piel tendrá que soportar un esfuerzo más grande y se va a resentir de ello. Esto significa que no hay que huir corriendo al llegar a las horas de más riesgo, pero tampoco conviene quedarse excesivamente.
  • Cubre tu cuerpo: En los momentos en que no estés tomando activamente el sol, cubre tu cuerpo con prendas ligeras y cómodas, que no te piquen ni te produzcan malestar. Es recomendable cubrir la máxima superficie de piel posible, usando gafas y sombreros cuando exista la opción.
  • Dúchate al salir de la piscina o del mar: El salitre del mar y el cloro de la piscina tienen un efecto negativo en tu piel, así que debes enjuagarte al terminar el baño para evitar que dichas sustancias ocasionen o profundicen pequeñas lesiones en la piel.
  • Revisa tus lunares y manchas: Siempre que tengas dudas sobre manchas solares y lunares que aparezcan en tu piel, acude al dermatólogo para una revisión. Es recomendable acudir al Dermatólogo una vez cada seis meses una vez alcanzada la edad adulta para realizar un Estudio de Lunares.
  • Nada de tratamientos Dermatológicos de Belleza y presta un cuidado muy atento a las cicatrices: En verano no se pueden hacer la mayoría de tratamientos de belleza que implican cirugía o afectación de la piel por el peligro que supone el sol para las cicatrices. Es muy importante que de haberte realizado alguno últimamente prestes una atención especial a tus cicatrices por pequeñas que sean y acudas de inmediato al dermatólogo de observar cualquier cambio notable.

¿Qué son los factores de protección y cuál es el más adecuado para mí?

Atención a este tema, porque genera mucha controversia y no existe ningún acuerdo al respecto. Cada uno piensa y tiene una opinión diferente sobre lo que significan los números que indican en los protectores solares. Estos números sin embargo se consideran orientativos y relativos al número de minutos que permite el protector exponerse al sol sin quemarse.

La fórmula es la siguiente, dependiendo de tu tipo de piel y hábitos solares, puedes estar más o menos minutos al sol sin quemarte. Esos minutos hay que multiplicarlos por el factor de protección (por ejemplo, 15) y el resultado es el tiempo que uno debería poder estar bajo el sol sin quemarse. ¿Es eso cierto? No. Se suele recomendar que independientemente del factor, se aplique la crema cada hora y tras cada baño.

Además, los factores elevados suelen llevar más químicos que tu piel no necesita. Por supuesto, sea como sea, el factor ideal dependerá de tu caso y lo mejor es que lo consultes con el dermatólogo.

¿Cada cuándo debo visitar al dermatólogo?

La gran pregunta que seguro te haces tras estos consejos es ¿Cuándo debo ir al Dermatólogo? ¿Cada día? Por supuesto que no. La recomendación general es asistir al dermatólogo una vez cada seis meses para revisar la evolución de tus lunares y manchas y llevar un seguimiento seguro y profesional. También es cierto que dependiendo del tipo de piel que tengas y los hábitos que sigas puedes necesitar acudir mucho menos, o quizá de forma más frecuente.

Sin embargo, para saber eso, deberás acudir a la primera visita con el Dermatólgo para conocer de primera mano cual es el estado de salud y las necesidades de tu piel.

Este verano, toma especial precaución con las temperaturas subientes y protégete ante el sol. No olvides dejar respirar a tu piel y cuidarla día a día, pues es la principal línea de defensa y lo que muestra más sobre ti y tu estado de salud. Por una piel increíble, pero una salud mejor.