Dar a luz a un bebé debería ser un motivo de alegría y felicidad. Sin embargo, no siempre es así. Aunque es difícil poner una cifra a los casos de depresión postparto, algunos estudios estiman que en las formas más leves podría afectar hasta al 80% de las madres.

La población femenina es mucho más propensa a los trastornos anímicos, con una relación de 3 a 1 en comparación con los hombres. Y es que, las hormonas juegan un papel fundamental en el estado de ánimo. Por tanto, no es de extrañar que desde el principio del embarazo hasta el postparto una mujer se convierta en una auténtica montaña rusa emocional (aunque no siempre es tan acentuado).

Si este es el mejor momento de mi vida, ¿por qué no me siento feliz?

La depresión postparto sigue siendo un tema tabú en nuestra sociedad. No es fácil compartir con tu entorno, ni tan siquiera con tu pareja, que estás experimentando sentimientos como melancolía, irritabilidad, ansiedad, miedo, falta de interés por el cuidado del bebé, culpabilidad, etc.

Aunque estos sentimientos son normales los primeros días o semanas, si persisten en el tiempo, se agravan o aparecen pasados los dos primero meses, hay que acudir a una consulta con un profesional de la salud mental y emocional, es decir, a una Psicoterapia

Diferencias entre depresión postparto y disforia 

La Disforia postparto es un cuadro bastante frecuente marcado por la ansiedad, depresión, irritabilidad e insomnio. Aparece entre las 48 y 72 horas después de dar a luz y dura horas o días. No requiere tratamiento ya que no es una patología, se debe a la disminución repentina de la progesterona y los estrógenos y el aumento sostenido de la oxitocina y prolactina.

Sin embargo, la Depresión postparto, además de los síntomas de la disforia, la mujer se puede sentir incapacitada para la maternidad, irritabilidad, ideas obsesivas e incluso rechazo al bebé en los casos más graves.

En muchas ocasiones la depresión postparto no se diagnostica a tiempo, ya que se suele confundir con la disforia, sobre todo cuando aparecen tardíamente en relación al parto. El tratamiento es similar al de cualquier otra depresión: con terapia psicológica y, en el caso que sea necesario, el uso de fármacos.

¿Qué puede ayudarte a tratar la depresión postparto?

  • Expresar tus sentimientos a alguien cercano.
  • Hablar de la situación con otras madres.
  • Pedir ayuda con las tareas domésticas.
  • Mantener una dieta equilibrada.
  • Realizar ejercicio moderado.
  • No pasar demasiado tiempo sola.
  • Dedicarte tiempo a ti misma.

Y cuando esto no es suficiente, no hay que sentir vergüenza de pedir ayuda psicológica profesional. Además de la psicoterapia, con medicación se pueden corregir los desajustes hormonales, siempre valorando que no afecten a la lactancia. Pero la terapia no es exclusivamente para la mujer, su pareja también participa.

Los profesionales recuerdan que la depresión postparto no tratada puede tener efectos a largo plazo a distintos niveles, como:

  • Alteración del vínculo materno filial.
  • Ansiedad infantil.
  • Anomalías en el desarrollo cerebral y cognitivo del niño.
  • Aparición de problemas conductuales.
  • Problemas de pareja.


Si crees que padeces depresión postparto, no esperes, busca ayuda profesional y empieza a disfrutar de tu bebé y de la maternidad. 

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