En los últimos años, la liposucción se ha consolidado como la mejor solución para eliminar los acúmulos de grasas en distintas partes del cuerpo: caderas, cartucheras, muslos, brazos, abdomen, espalda, etcétera.

Este procedimiento quirúrgico, que siempre debe realizarse en quirófano, consiste en la eliminación de la grasa sobrante en las zonas del cuerpo afectadas mediante la aspiración con finas cánulas, permitiendo remodelar la silueta. La liposucción puede hacerse en distintas zonas del cuerpo y las más comunes son:
  • La liposucción de piernas.
  • La liposucción de barriga.
  • Y la liposucción de cara y cuello.

La operación de liposucción se realiza generalmente con anestesia local y sedación, pero en casos muy extensos se llevará a cabo con anestesia general.

Si estás pensando en someterte a una liposucción, en este artículo te explicamos algunas de las claves del antes y el después de la liposucción con la que dirás adiós a las cartucheras y michelines.

Recomendaciones antes de someterse a una Liposucción

Antes de una liposucción el cirujano plástico evalúa los depósitos de grasa existentes en la zona que te quieres tratar. Tal y como detalla la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE), si la liposucción es amplia cabe la posibilidad de realizar una autotransfusión, que se basa en la extracción de sangre con antelación para utilizarla durante la intervención quirúrgica.

Es importante tener buena salud y llevar una dieta equilibrada los días anteriores a la operación de la liposucción, así como suprimir las bebidas alcohólicas y no fumar. El cirujano plástico, además, te informará de los medicamentos o complementos que no puedes tomar antes de la liposucción.

Asegúrate, además, de que algún familiar o acompañante pueda llevarte a casa cuando tengas el alta después de la liposucción y que, en caso necesario, pueda ayudarte un par de días. Recuerda que siempre habrá un antes y un después en una liposucción.

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¿Cuál es el tiempo de recuperación tras una Liposucción? Postoperatorio

La recuperación tras una operación de liposucción es un proceso temporal de carácter gradual. Tras la cirugía se colocan tubos de drenaje bajo la piel durante 2 ó 3 días para disminuir la posibilidad de acumulación de fluidos. También se coloca un vendaje elástico sobre la zona tratada por la liposucción para controlar la hinchazón, el sangrado y para ayudar a la piel a adaptarse al nuevo contorno.

Después de la liposucción, en principio, tienes que empezar a andar tan pronto cuando te veas capaz para prevenir la formación de trombos venosos en las piernas. Eso sí, durante el postoperatorio y la recuperación de la liposucción ten en cuenta que:
  • Durante un mínimo de dos semanas no debes realizar actividades físicas intensas.
  • Aproximadamente y dependiendo de la extensión de la liposucción, a la semana de la intervención se te retirarán los puntos y al cabo de dos días podrás volver a trabajar.
  • La hinchazón desaparece en el primer o segundo mes después de la cirugía.
  • Al igual que en ejercicio físico, podrás reanudar las relaciones sexuales paulatinamente y, por regla general, al cabo de dos semanas.

¿Qué cuidados hay que seguir después de una Liposucción?

La liposucción proporciona un contorno corporal más equilibrado con cicatrices mínimas. Los resultados de la liposucción pueden ser permanentes, siempre y cuando sigas una dieta adecuada y practiques ejercicio regularmente.

Eso sí, si ganas peso lo harás de manera más homogénea y no sólo en los depósitos localizados de grasa. En cualquier caso, si te cuidas después de la liposucción, estarás más satisfecha contigo misma y con tu nueva silueta.

¿Debo seguir alguna dieta especial después de una Liposucción?

Es importante que después de una liposucción controles tu dieta y realices ejercicio físico. Llevar una buena alimentación te ayudará a mantener los resultados de la intervención. Una dieta equilibrada tiene que ser alta en Vitamina C (presente en alimentos como la ciruela, guayaba, grosella, naranja, pomelo, mandarina, limón, papaya, fresa o kiwi), Hierro (pescado, pollo o pavo), Zinc (galletas integrales, hígado y lomo de ternera) y Complejo B (lentejas, huevos, espinacas, acelgas y los cereales integrales).

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